Hace unos meses tuve la necesidad de hacer un recorrido a través del ordenador. Entre clic y clic tropecé con “Sirioriba”, la página de Instagram donde muestra su producción pictórica Sirio Riba, al que no conocía. Y Yo, metido entre pinceles, colores, niñas y no tan niños, paisajes, retratos, bodegones, rayotes, pintores, dibujantes del mundo y sin saber que aquí, sí, en Huesca, aquí tan cerca está Jesús. Jesús y sus “monigotes”. Me encanta la palabra “monigote”, es curiosa su definición: un dibujo mal hecho o infantil. ¡Qué despropósito! Los monigotes de Jesús son frescos, simples, encantadores, expresivos, vivos. Es decir, bien hechos y maduros. El interés de este dibujante por el arte, su curiosidad por aprender, probar técnicas y materiales diferentes le han llevado a sumergirse en este maravilloso mundo de la expresión plástica, consiguiendo un lenguaje personal, auténtico, SUYO. Jesús no necesita rodear a sus personajes de un contexto complejo, ni de escenarios sobrecargados para conseguir que éstos expresen lo que la mente y la mano de Sirio Riba quiere manifestar, contar, y en ocasiones gritar. La utilización del color sin alardes y en su justa medida no hace más que enriquecer su obra, dándole a ésta un valor pictórico.